El presidente Donald Trump ha reconocido públicamente una grave crisis de hambre en Gaza, contradiciendo directamente las afirmaciones del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu de que no hay hambruna. Trump ha instado a Israel a permitir que 'cada onza de comida' entre en Gaza y ha anunciado planes para que Estados Unidos establezca centros de alimentos en la región, trabajando con socios europeos. Los comentarios del presidente llegan en medio de pruebas e imágenes cada vez más evidentes de niños desnutridos, lo que ha generado preocupación internacional y llamados a aumentar la ayuda humanitaria. Esto marca un cambio significativo en la retórica de Estados Unidos, ya que Trump presiona a Israel para que haga más para aliviar la crisis, al mismo tiempo que sostiene que Hamas también es responsable de desviar la ayuda. La situación ha intensificado las discusiones diplomáticas, con el Reino Unido y otros países amenazando con reconocer un estado palestino si las condiciones no mejoran.
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