El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha reconocido públicamente la grave crisis de hambruna en Gaza, contradiciendo directamente la negación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre la hambruna en la región. Trump, conmovido por las imágenes de niños hambrientos, ha instado a Israel a permitir que 'cada onza de comida' entre en Gaza y ha anunciado planes para que los Estados Unidos y sus aliados establezcan centros de alimentos para abordar la emergencia humanitaria. Este cambio se produce en medio de una creciente condena internacional al bloqueo de Israel y al aumento del número de muertes por hambre y desnutrición. Trump discutió la crisis con el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, señalando una nueva y más directa participación de los Estados Unidos en la ayuda a Gaza. Esto marca una ruptura significativa en las relaciones entre Estados Unidos e Israel en relación con el manejo de la crisis en Gaza.
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