Gaza está experimentando un rápido y creciente desastre humanitario, con informes generalizados de hambre y desnutrición, especialmente entre los niños. Agencias de ayuda y la ONU advierten que el enclave está al borde de una hambruna masiva, ya que cientos de camiones de ayuda permanecen detenidos en la frontera o dentro de Gaza, sin poder llegar a quienes lo necesitan debido a las restricciones israelíes y al caos logístico. Israel y las Naciones Unidas se culpan mutuamente por el fracaso en la distribución de la ayuda, mientras la presión internacional aumenta para un alto el fuego y el levantamiento del bloqueo. Profesionales médicos y periodistas en el terreno describen escenas desgarradoras de niños esqueléticos, familias desesperadas y un sistema de salud abrumado por enfermedades relacionadas con el hambre. A pesar de la indignación global, la crisis continúa empeorando, con llamados a una acción política urgente para prevenir más pérdidas de vidas.
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