El sur de Europa está soportando una de sus olas de calor más severas en décadas, con temperaturas que superan los 44°C (111°F) en Italia, Grecia y España. El calor extremo ha provocado múltiples muertes, especialmente en Italia, y está generando amplias advertencias de salud, interrupciones en los viajes y estrés en la red eléctrica. Los trabajadores al aire libre son especialmente vulnerables, lo que ha provocado protestas y demandas de mejores protecciones a medida que las condiciones laborales se vuelven cada vez más peligrosas. El calor implacable también está afectando a la agricultura, al turismo y a la vida diaria, con las autoridades emitiendo alertas rojas y cerrando destinos populares temprano. Esta crisis destaca la creciente amenaza del cambio climático y la necesidad urgente de medidas de adaptación en toda la región.
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