La Unión Europea y Japón han lanzado una nueva Alianza de Competitividad, profundizando su asociación para promover el comercio libre y justo, fortalecer la seguridad económica y mejorar la cooperación en tecnología y defensa. Esta medida se produce en medio de crecientes tensiones comerciales globales, especialmente con Estados Unidos imponiendo aranceles y preocupaciones sobre las prácticas comerciales de China y su dominio en sectores críticos como las tierras raras. Ambas partes se comprometieron a trabajar juntas en la resiliencia de las cadenas de suministro, la seguridad energética y la adquisición conjunta de recursos clave para reducir la dependencia de China. La alianza también tiene como objetivo establecer un nuevo estándar para un orden internacional basado en reglas y la cooperación multilateral. Los líderes enfatizaron la importancia de la innovación, la política industrial y la defensa de los mercados abiertos en un entorno comercial global cada vez más fragmentado.
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