La Unión Europea ha aprobado su 18º y más amplio paquete de sanciones contra Rusia, apuntando a las vitales exportaciones de petróleo del país con un límite de precio más bajo y nuevas restricciones a su 'flota sombra' de petroleros. Las medidas buscan reducir los ingresos petroleros de Rusia, que financian su guerra en Ucrania, al dificultar que Moscú venda crudo por encima del nuevo límite y al prohibir transacciones con más bancos rusos. Sin embargo, analistas y funcionarios señalan que Rusia se ha adaptado a sanciones anteriores, y se espera que importantes compradores como India y China sigan importando petróleo ruso, potencialmente atenuando el impacto. Las sanciones también tienen efectos en cascada en los mercados petroleros globales, con refinerías indias y comerciantes internacionales buscando soluciones alternativas, y preocupaciones sobre precios más altos de diésel en Europa. A pesar de los esfuerzos de la UE, persisten dudas sobre la efectividad de estas medidas para debilitar significativamente la maquinaria de guerra de Rusia.
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