El tifón Wipha azotó Hong Kong, el sur de China, Vietnam y Filipinas, causando amplias interrupciones, inundaciones y caos en los viajes. La tormenta obligó a la cancelación de cientos de vuelos, cerró aeropuertos y suspendió el transporte público en ciudades importantes como Hong Kong y Haiphong. Las autoridades en Vietnam y China emitieron alertas de emergencia mientras Wipha traía lluvias torrenciales, vientos fuertes y el riesgo de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra, con algunas áreas recibiendo un mes de lluvia en solo días. El tifón derribó árboles, hirió a docenas y dejó a miles varados o desplazados, mientras se reportaban cortes de energía y daños materiales en toda la región. A medida que Wipha se debilitaba, comenzaron los esfuerzos de limpieza y recuperación, pero la tormenta resaltó la vulnerabilidad de las ciudades costeras ante eventos climáticos extremos.
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